Iban en su helicóptero amarillo a realizar el levantamiento topográfico que le encargó Ingendesa, la mandante de la empresa en la que trabajan, como lo vienen haciendo hace meses en todas los lugares por donde pasará la línea de transmisión que traerá la energía desde las centrales que construirá HidroAysén.
Pero los dos profesionales no contaban con que los pobladores de Cerro Castillo les impedirían hacer su trabajo, porque muchos de ellos están en contra de las megarrepresas que se pretenden construir en la Patagonia. Apenas el helicóptero se posó en las tierras de Horacio Fuentealba, llegaron alrededor de 20 vecinos y organizaron la funa espontánea. "Les preguntamos qué andaban haciendo y ellos, al principio, se negaron a informar. Ni siquiera nos mostraron una autorización para poder aterrizar. Y a pesar de que estaban en un recinto privado arrendado, les pedimos que se fueran del lugar", cuenta Marcia Álvarez.
Álvarez agrega que le explicaron al responsable del trabajo "un señor de origen italiano" que el lugar de aterrizaje era otro, no ése. Así, los dos enviados de Interra retomaron el vuelo, esta vez sin rumbo conocido por los manifestantes. "Aprovechamos de dejarles en claro que cada vez que llegue gente de Endesa, HidroAysén o cualquiera que tenga que ver con las represas, nosotros vamos a llegar y gritar, porque no nos vamos a quedar callados. Esos tiempos ya pasaron", remata la entusiasta pobladora.
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