En una entrevista concedida el miércoles 20 de enero al Diario de Aysén – que reprodujo El Mostrador-, el capellán de un Techo para Chile, Felipe Berríos (S.J.) defendió la construcción de megacentrales hidroeléctricas como HidroAysén, criticando la campaña “Patagonia Sin Represas”.
En la nota Berrios señaló que esta sólo busca proteger el desarrollo de un turismo ecológico al que sólo tienen acceso personas que “en sus países viven cómodamente y con una vida de lujo”. También sostuvo que la construcción de represas es necesaria si de ellas depende el “bien común”, sobre todo si los recursos se usan responsablemente y son “devueltos”.
El sacerdote no ocultó sus aprensiones frente a la campaña “Patagonia Sin Represas” que impulsa el Consejo de Defensa de la Patagonia: “Yo me haría varias preguntas. Primero, ¿quién financia este grupo? Yo ya quisiera haber tenido la campaña publicitaria que ellos tuvieron para poder denunciar la desigualdad social y la concentración de la riqueza que hay en Chile ¿Por qué no se denuncia esa situación que va en la raíz del perjuicio ecológico de nuestro país?
“Más mega represas no son lo que necesitamos. Necesitamos reducir el consumo, motivado por el crecimiento “ad infinitum”, dogma absoluto de los economistas contemporáneos, y que la Tierra vuelva a su balance con la civilización. Esto es lo que debe predicarse a ricos y pobres”. Douglas Tompkins.
Berríos también cuestionó al magnate estadounidense Douglas Tompkins y a lo que, desde su perspectiva, hay detrás del santuario de la naturaleza que mantiene en el sur: “Tenemos a este personaje Tompkins que tiene un verdadero santuario de la naturaleza, pero lo que más contamina el planeta es la mala distribución del ingreso, y habría que preguntarse por qué Tompkins se hizo multimillonario. Si él no se hubiera hecho multimillonario, habría contaminado mucho menos el planeta, o sea lo que más contamina el planeta tanto como el humo, o destrozar el bosque o humedales es la mala distribución el ingreso, y la concentración de la riqueza”, señaló.
Y luego insistió: “Alguien que concentra mucha riqueza está produciendo un deterioro no sólo humano y de injusticia; también un deterioro ecológico grave, lo que me parece una contradicción brutal, que con esa riqueza se pretenda proteger lo que él mismo va destruyendo”.
Ante dichas afirmaciones, Tompkins hizo llegar a El Mostrador la siguiente carta, que reproducimos integramente.
Señor director:
He leído con total incredulidad la entrevista al sacerdote Felipe Berríos en la que me acusa de concentrar riquezas y de contaminar el planeta, a pesar de mi larga historia como medioambientalista y conservacionista. Pero dejemos por un momento mi persona fuera de esta discusión y pensemos en la tremenda concentración de riqueza (100 veces mayor que la mía, y que he donado a fundaciones filantrópicas) de la sociedad propietaria de HidroAysén. Refirámonos a los principales socios / propietarios de la parte chilena de HidroAysén, la familia Matte, quienes tienen una riqueza abismarte y son parte de la sociedad chilena; y qué decir de Endesa y Enel, corporaciones que concentran riqueza a niveles asombrosos.
Felipe Berríos necesita tener una mirada más amplia y debe hacer sus críticas a quien corresponda, como también evaluar cuánta filantropía hacen estas personas / empresas en relación a su patrimonio, para el bien de la sociedad y de nuestro pobre planeta, víctima de una innegable depredación por la así llamada civilización.
Muchas personas del mundo religioso y las iglesias ya están despertando ante las consecuencias del sobre-desarrollo, que ha arruinado el clima y ha traído y traerá una pobreza nunca vista, primero a los más desvalidos y luego a todos. Nadie, ni siquiera Felipe Berríos, se librará de la consecuencias catastróficas producto del sobre industrialismo, que ha sido el mayor contribuyente al cambio climático.
Es hora de mirar la realidad en la cual nos encontramos y lidiar con el cambio climático y con algo aún más grave, la crisis de extinción de especies, la biodiversidad está desapareciendo día a día, y toda la vida, incluida la nuestra, depende de ello.
Más mega represas no son lo que necesitamos. Necesitamos reducir el consumo, motivado por el crecimiento “ad infinitum”, dogma absoluto de los economistas contemporáneos, y que la Tierra vuelva a su balance con la civilización. Esto es lo que debe predicarse a ricos y pobres.
Aunque la justicia social es necesaria, urgente y loable (he gastado millones de mi patrimonio en causas de justicia social) la salud del planeta está primero.
Debemos recordar que no habrá justicia social en un planeta muerto, es tan simple como eso.
Douglas Tompkins
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