22 de marzo de 2010
¿Le gustaría ser dueño de un río? Endesa lo es. Sólo en Chile es la propietaria de más de 80 por ciento de los derechos de agua, conseguidos aprovechando las privatizaciones -eufemismo de robo de recursos- facilitadas por el dictador Pinochet. Un punto arriba, un punto abajo, Endesa controla también 92 por ciento de la energía eléctrica chilena. En su historia -sigo diciendo, sólo en Chile- tenemos polémicas represas, como las instaladas en la cuenca del río Bío-Bío en territorios mapuches o actualmente la intención de construirlas en los ríos Baker y Pascua, en la Patagonia chilena. La energía que allá se produzca beneficiaría, a través del tendido eléctrico más largo del mundo, a la población de Santiago, a las industrias alrededor de la capital y a las empresas mineras en el desierto de Atacama. Mientras dejará, allí donde se genera la energía, campos anegados, ganaderos y ganaderas sin opciones, repercusiones a las poblaciones pesqueras y la destrucción de bosques originarios, paisajes y especies protegidas.
En las comarcas de Gerona, Cataluña, por un temporal de nieve, muchos pueblos quedaron apagados, sin la energía eléctrica que suministra Endesa. Buscan explicaciones y exigen responsabilidades. El mismo capital, las mismas privatizaciones, el mismo modelo de desarrollo, el crecimiento a cualquier precio, para unos y no para todos. Ahí están las inversiones.
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